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PLAZA DE ARMAS


Hola, a la espera del relato de nuestra etapa de hoy, me gustaría hacer un pequeño comentario. Creo que ha habido un poco de desorganización en la vuelta de la etapa, ya que si salimos todos juntos y deberíamos, al menos, volver todos juntos, en caso de que pueda ocurrir algún imprevisto, no muy raro en nuestro querido deporte de la bici de montaña, pinchazo, caída, etc. Creo que se debería de hablar sobre el tema para futuras salidas.

Tras el comentario de la etapa, ahí va un poco de historia sobre la etapa realizada hoy en Plaza de Armas.

«Puede que fuese en la parte alta del curso de Río Verde donde hace algo más de cinco siglos (1448) su paz y sosiego habituales se quebrasen de improviso con la algarabía producida por la enardecida morisma al caer, frenética y por sorpresa, sobre un pequeño destacamento que, desde las fortalezas de Jimena y Castellar y bajo el mando de dos capitanes: Saavedra y su yerno Urdíales, había osado correr las vegas occidentales de la Málaga musulmana.

La hueste cristiana fue derrotada, quedando sobre el campo los cuerpos de muchos caballeros, entre ellos el del infortunado Urdíales, en tanto que el esforzado Saavedra, alcalde de Castellar, es capturado y conducido a las mazmorras de Marbella.

De sangre se tiñeron las aguas de Río Verde, según recuerdan los cadenciosos versos del romance.

Río Verde, río Verde,
¡Cuánto cuerpo en ti se baña
de cristianos y de moros
muertos por la dura espada!
Y tus ondas cristalinas
de roja sangre se esmaltan,
entre moros y cristianos
muy gran batalla se traba.

Al alejarse de su cuna y enfrentarse con la Sierra del Real, Río Verde tuerce su andadura y ciñéndose a la base de la montaña la escarba y contornea dibujando una dilatada curva presidida en la altura por los picachos del Duque (1360 m.) y de Armas o Arboto (1335 m.), y el Puerto de la Refriega, nombres que rememoran la despiadada campaña que por estos pechos, vaguadas y laderas, y para domeñar a los rebeldes moriscos malagueños, capitaneó don Luis Ponce de León, Duque de Arcos, trabajosa empresa que acabó, no sin grande sufrimiento parael pueblo de Marbella, con el sometimiento y dispersión por la península de los levantiscos que sobrevivieron.»

Texto extraido del libro CRONICA DE MARBELLA de FERNANDO ALCALÁ MARÍN.

3 Comments

  1. Luisi-on dice:

    Muchas gracias por la observación. Sin acritud ni displicencia.

    Salu2. aadios.

    Luisi-on.

  2. Ya hablamos ayer, Luisisto, pero tienes toda la razón.

    A mi me entró la buya, empezé a tirar, y, a pesar de advertir a Dani y Miguel desde la distancia, parece ser que el gusano que desquebrajó en mil pedazos…

    Mil disculpas

    JC

    JC

  3. Miguel

    Tras la lectura de los relatos que nos has regalado automáticamente he recordado la propuesta de Luis, que sin duda algú día afrontaremos:

    Tomar la cumbre del Plaza de Armas y el cerro del Duque.

    Esperaremos un poco, a que se nos olvide esta, pero volveremos !

    JC

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